OPINIÓN: Política Fiscal en el Perú: ¿Obstáculo o Motor para el Desarrollo Empresarial?
Política Fiscal en el Perú: ¿Obstáculo o Motor para el Desarrollo Empresarial?
En el Perú, la compleja relación entre el Estado y el sector privado enfrenta desafíos significativos, particularmente en el ámbito tributario. A menudo, el sistema fiscal, en lugar de ser un catalizador del crecimiento, se percibe como un freno para la actividad empresarial. Esta realidad evoca la lúcida visión del prócer centroamericano José Cecilio del Valle (1780-1834), quien afirmó: “El gobierno que con una mano exige aumento de impuestos debe con la otra procurar el aumento de la riqueza”. Esta máxima, vigente tras casi dos siglos, nos interpela a reevaluar el rol del Estado peruano en la promoción de un desarrollo económico sostenible y equilibrado.
Políticas Fiscales: Más Allá de la Simple Recaudación
Tradicionalmente, la política fiscal en el Perú se ha centrado en la recaudación como principal mecanismo para financiar las funciones estatales. Sin embargo, este enfoque resulta contraproducente si no se complementa con estrategias que estimulen la actividad empresarial y, consecuentemente, amplíen la base de contribuyentes. La presión fiscal concentrada en el sector formal, sumada a un régimen sancionador a menudo riguroso por incumplimientos de índole administrativa y la persistente complejidad burocrática, terminan por sofocar la iniciativa privada. Esto genera un círculo vicioso: menor formalización, una base tributaria estrecha y un dinamismo económico insuficiente para las necesidades del país.
Una política fiscal orientada al desarrollo debe partir del reconocimiento de que las empresas son motores esenciales de la economía. Son ellas las que generan empleo, impulsan la innovación y proveen los recursos que el Estado requiere para su función redistributiva. No obstante, cuando la administración pública actúa más como un ente fiscalizador y sancionador que como un facilitador, limita el potencial del sector privado para contribuir al bienestar colectivo de todos los peruanos.
El Estado como Aliado Estratégico del Emprendimiento
Para que el Perú logre un desarrollo económico sostenido, es fundamental que el Estado transite hacia un rol de aliado estratégico de los empresarios y emprendedores. Este cambio requiere la implementación de medidas concretas, como señalan diversos expertos:
1. Ampliación de la Base Tributaria: Es imperativo superar la dependencia de un grupo reducido de contribuyentes formales. Esto exige incentivos efectivos para la formalización, una simplificación real de los procedimientos administrativos y tributarios, y programas que fomenten el cumplimiento voluntario, basados más en la orientación que en la sanción.
2. Racionalización del Régimen Sancionador: Las multas y sanciones administrativas no deben constituir un fin recaudatorio en sí mismas. El enfoque debe virar hacia la educación tributaria y la facilitación del cumplimiento. Las empresas necesitan predictibilidad y apoyo para operar dentro del marco legal, no barreras que eleven sus costos operativos y desincentiven la formalización.
3. Promoción de la Libertad Económica: Un entorno propicio para la inversión requiere la eliminación de trabas regulatorias y restricciones innecesarias que dificultan la creación, operación y crecimiento de las empresas. Fomentar la competencia y la innovación es clave para el desarrollo nacional.
4. Eficiencia en el Gasto Público: La gestión eficiente de los recursos públicos es fundamental para generar confianza y estimular la inversión privada. Es crucial priorizar la inversión en infraestructura, educación, tecnología y seguridad, evaluando con rigurosidad la asignación de fondos a entidades o proyectos cuya viabilidad económica y social no esté claramente demostrada.
5. Estabilidad y Predictibilidad Fiscal: La incertidumbre normativa es uno de los mayores disuasivos para la inversión. Un marco tributario claro, estable y predecible es esencial para generar confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros, permitiendo la planificación empresarial a largo plazo.
Hacia una Relación de Mutuo Beneficio
El éxito de una política fiscal no se mide únicamente por el volumen de recaudación, sino por su capacidad para generar un círculo virtuoso: un crecimiento empresarial que impulse la economía nacional y, a su vez, fortalezca la capacidad del Estado para proveer servicios públicos de calidad. Cuando el gobierno actúa como facilitador del desarrollo económico, las empresas prosperan, crean empleo, aumentan su contribución fiscal y elevan el bienestar general de la sociedad.
El Perú posee un vasto potencial económico aún por desarrollar. Liberarlo exige un Estado que comprenda que su prosperidad está intrínsecamente ligada a la de sus ciudadanos y sus empresas. Retomando la idea de José Cecilio del Valle, es vital que el gobierno, al tiempo que ejerce su potestad tributaria con una mano, promueva activamente la generación de riqueza con la otra.
Reflexión Final
El desafío para el Perú trasciende la simple mejora del sistema tributario; implica rediseñarlo para que actúe como un verdadero motor de desarrollo. Un enfoque gubernamental que priorice la creación de riqueza, y no solo su redistribución, sentará las bases para un país más próspero, competitivo y con igualdad de oportunidades.
El camino exige fomentar la formalización, garantizar la libertad económica, invertir estratégicamente y construir confianza en el sistema tributario. Solo así el Estado dejará de ser percibido como un obstáculo y se convertirá en el aliado indispensable para el emprendimiento y el progreso nacional.
¿Y tú qué opinas?
¿Cuál es tú perspectiva sobre estos desafíos? Te invito a compartir tus reflexiones y propuestas en los comentarios. El debate informado es fundamental para construir un futuro mejor para el Perú.
Te mando mis saludos desde Lima.
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Abogado
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